EMBARAZO DE LA ADOLESCENCIA
En su infinita mayoría, los embarazos no deseados han llegado a constituir uno de los más graves conflictos sociales de algunos países en desarrollo. El mundo ha cambiado de manera radical. Y no es posible dar marcha atrás. Mujeres y  Varones hacen el amor a edades cada vez más tempranas.
 Y cuanto más precozmente lo hagan, mayor será el riesgo del embarazo. Hacer el amor es ir en busca de esa totalidad que se realiza en la unión entre dos. Una fusión que conduce a ambos a los espacios imaginarios en los que todo es posible. Mutua absorción en un goce presentido, imaginado y vivido sin palabras que puedan explicarlo ni justificarlo. No es para nadie más que para los dos, y permanece como una vivencia única y absolutamente personal.
 De hecho, gran parte de la poca información que se da a la chica en casa y en el colegio respecto a la primera regla está destinada a prevenir el embarazo. La menarquia adquiere sentido familiar y social en la medida en que avisa que una mujer es capaz de quedar embarazada. De ahí que el "cuidarse de los hombres", como suelen aconsejar las mamás a sus hijas, no significa otra cosa que un acto destinado a prevenir el embarazo prematuro, no deseado y fuera del matrimonio.
Así se expresa una niña de 10 años: "A nosotras nos han dicho en la casa y en la escuela que, una vez que hay el flujo, la mujer tiene que cuidarse, no tener relaciones sexuales porque se puede embarazar". En el Ecuador, dos de cada diez chicas que hacen el amor iniciaron sus experiencias entre los 12 y 14 años. Según los adolescentes, casi siete de cada diez mujeres adolescentes hacen el amor. Y prácticamente todos, varones y mujeres adolescentes, conocen casos de chicas de su entorno que han quedado embarazadas.

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